A lo mejor ya te ha pasado, pero no te has dado cuenta. ¿De qué? De que lo álmico te habla. Supón que en tu cabeza aparecen unos pensamientos que no identificas como propios. Es una sensación rara, demasiado rara, pero es real. Y esos pensamientos hablan sobre la trascendencia del ser humano, sobre el alma, el ego y la eternidad, pero no es un caos, más bien todo tiene un orden y un hilo argumental. Es como si un narrador estuviera contando una historia a través de ti. Eso es canalizar.
O por lo menos una parte de lo que se denomina canalizar. Es lo que nos confesó Alberto López cuando lo conocimos por primera vez. Esas voces que no eran suyas o que pasaban por él, como un río a través del paisaje, escribían un libro: Las raíces del alma. Un libro que en principio solo era una fantasía dentro de la mente de una persona normal, pero que había sido ‘elegida’ para enseñar lecciones espirituales.
A veces sentimos algo similar. Dicen que todos somos canalizadores. Somos canales, pero que solo necesitan sintonizar bien la señal. A veces, decía, escribes un prólogo y no sabes de dónde vienen las palabras. No sabes por qué tus dedos teclean algunos términos y marginan otros. Pero sale todo como un tsunami, como nos contaba Alberto, un flujo volcánico que no se detiene hasta que llega al punto final. Y entonces, cuando lo lees, casi ni reconoces lo escrito.
Arte, creatividad, canalizar o enchufarse al cosmos, qué más da las definiciones. Cuando dejamos a un lado la mente y el ego, la magia toma su lugar. El brillo, lo inusual, lo inesperado protagoniza la escena y entonces la realidad se amplifica, sales de los callejones ásperos, de patrones y fases repetitivas. Por eso nos gusta la canalización, porque accedes a ese lugar insondable donde puede pasar cualquier cosa.
En estos años, hemos aprendido mucho con Alberto López, su experiencia, su crecimiento como persona, su valentía a la hora de salir al mundo y decir ‘soy canalizador’, pero sin perder su humanidad, la humildad y la ‘normalidad’ de un abogado de Palencia… Nos ha enseñado que somos mucho más que este envoltorio de carne y hueso y que, aunque la mente proteste y trate siempre de llevar todo a su terreno, el corazón siempre abre caminos nuevos de esperanza.
Este mes rendimos homenaje a Las raíces del alma, la obra que nos animó a continuar con este deporte de riesgo que es editar libros. Estaremos en el Salón de Esoterismo y Terapias Naturales de Donostia. El tres de agosto Alberto ofrecerá una charla gratuita sobre relaciones kármicas y almas gemelas. Estáis invitados. Siempre es un gusto escuchar a nuestro amigo, siempre se aprende algo, y además firmará ejemplares con la sabiduría y, sobre todo, la paciencia que le caracteriza.